Ya sé que tengo una difícil misión, la de llegar con estos textos a vosotros y provocar algo, ni siquiera yo sé muy bien qué. También sé que no lo conseguiré en todos los casos, fracasaré en muchos.
De momento, por si a alguien se le va moviendo ya algo dentro, y no son las tripas ni el gusanillo del enamoramiento, aquí os dejo este fragmento de una novela que me gustó mucho:
"(...) y en la mirada que le devolvieron leyó que el único camino posible es avanzar, seguir adelante, recorrer las vías de hierro hasta donde empiezan a florecer las amapolas, imaginar un lugar donde no llegan los trenes, encontrarlo, y detenerse al borde del océano para aprender que si sopla por la derecha, es poniente, y si sopla por la izquierda, es levante; si viene de frente es sur, pero que todos borran el camino de vuelta".
ALMUDENA GRANDES: Los aires difíciles
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